Coge un juego de fútbol, reemplaza a los jugadores por coches, y obtienes Rocket League. Increible, ¿verdad?. Es con esta receta con la que Psyonix ha conseguido seducir a los jugadores y hacer del título un e-sport. El objetivo es simple: un campo, dos porterías y necesitas, solo o con tu equipo, marcar goles usando tus coches. Las partidas son muy dinámicas, ya que los jugadores pueden usar un potenciador para saltar en el aire y golpear el balón. También podrás personalizar tus coches con diferentes partes, pero solo en el aspecto estético. Al final de cada partido conseguirás objetos de diferente rareza que podrás intercambiar con otros jugadores en el garaje. Hay dos modos de juego diferentes que refrescarán tu experiencia de juego: Día de Nieve y Aros.